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Rearranque de la industria nuclear japonesa: Un compromiso con la seguridad


Mr-Mitsuo-Matsui.jpgA la luz del accidente nuclear de la central nuclear de Fukushima-Daiichi en 2011, la industria nuclear japonesa ha adoptado un enfoque deliberado y minucioso respecto al rearranque en condiciones de seguridad de los grupos nucleares de la nación.

A la hora de considerar las razones para el rearranque de estos grupos es importante que se comprendan las características de la situación energética de Japón. Japón no dispone de recursos energéticos propios. No existen oleoductos ni conexiones de transporte de energía con los países vecinos. De ahí que la energía nuclear haya sido una fuente energética de carga base importante para el país. Por motivos de seguridad del suministro energético, de la reducción de emisiones de CO2 y de competitividad económica, el sector se ha comprometido a volver a poner en servicio y de una forma segura los grupos nucleares.

​​​En la actualidad, Japón cuenta con 42 grupos nucleares operativos y tres en construcción. Dieciséis de esos grupos están cerrados de forma permanente para su clausura. Todos los grupos operativos japoneses se pararon tras el accidente de Fukushima Daiichi y se desarrollaron nuevos requisitos normativos muy estrictos para toda la flota de centrales. Estos requisitos elevan el nivel de garantía reguladora para que las centrales operen de forma segura.

Muchos grupos continúan trabajando para cumplir estos requisitos. Las empresas eléctricas han presentado a la autoridad reguladora informes de evaluación de la seguridad con respecto a 26 grupos; tres unidades han solicitado también prolongación de la vida de la central.

Hasta la fecha, cuatro grupos han recibido la aprobación para rearrancar. Los grupos 1 y 2 de la central de Sendai se han vuelto a arrancar y se encuentran a plena operación comercial. Durante el mes de abril, la isla de Kyushu se vio sacudida por unos terremotos. La línea de falla discurre unos 60 kilómetros al noreste de Sendai 1 y 2. Las aceleraciones observadas en la central fueron suficientemente bajas comparado con la aceleración máxima supuesta en el diseño.

Los grupos 3 y 4 de Takahama obtuvieron autorización para su operación comercial, pero en la actualidad se encuentran parados, pendientes de la resolución de la orden de cierre de los grupos emitida por un tribunal local. La orden respondía a una petición de 29 ciudadanos respecto a que la operadora de la central no había probado suficientemente la seguridad de las dos unidades. Aunque la empresa está recurriendo la decisión, apelando a un tribunal superior, las unidades permanecerán paradas hasta que se resuelva la cuestión.

La situación en Takahama pone de relieve el complejo y a menudo frustrante camino para el restablecimiento del programa de energía nuclear comercial de Japón. Los aspectos tecnológicos para el cumplimiento de las estrictas regulaciones nuevas suponen un reto. Pero más difícil todavía es la capacidad de restablecer la confianza del público en nuestra industria que es lo que en última instancia nos permitirá operar nuestras plantas. La mejora de la seguridad nuclear es la prioridad absoluta en la industria japonesa. También es importante promover una comunicación en dos direcciones con el público y compartir las percepciones comunes en materia de seguridad nuclear.

En este contexto, los líderes de la industria y miembros de las plantillas se han comprometido a desempeñar siempre sus respectivas funciones con el máximo grado de integridad y transparencia. Con paciencia, perseverancia y dedicación a la excelencia en todos los aspectos de la seguridad nuclear, la industria japonesa continuará avanzando hacia la reanudación de la operación de sus centrales.