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Proceso continuo de excelencia de OPG: llegar a la neutralidad de carbono con la energía nuclear


Este artículo se basa en un discurso ofrecido por Sean Granville, CNO de Ontario Power Generation, en junio de 2021 en el Global CNO Forum (Foro mundial de jefes de operaciones nucleares) de WANO. En él trataba los distintos planes para las centrales de OPG, conforme a los cuales Pickering se clausuraría mientras que Darlington continuaría operando a largo plazo, y con el objetivo común de ser la flota de mejor rendimiento del mundo.  

Ontario Power Generation es una empresa de generación de energía nuclear canadiense. Opera una flota que consta de dos grandes emplazamientos nucleares – Darlington, con cuatro grupos, y Pickering con seis, ambos localizados al este de Toronto, en la provincia de Ontario, Canadá. Cada emplazamiento tiene una historia propia y un papel que desempeñar en el futuro de OPG.
 
Pickering es el emplazamiento nuclear más antiguo de la empresa, cuyos grupos entraron en servicio entre 1971 y 1985. Estos grupos llegarán al final de su vida útil entre 2024 y 2025. En los últimos años, la central viene operando mejor que nunca y la intención de OPG es continuar con esa progresión para que el último día de operación de la central sea el mejor de su historia.
 
Darlington lleva operando unos 30 años y se encuentra ahora en el proceso de renovación a mitad de su vida útil que requieren los reactores CANDU para poder continuar operando otros 30 años. Se trata de un proyecto de 12.800 millones de dólares canadienses ($CDN) que se está llevando a cabo en un emplazamiento nuclear en pleno funcionamiento. Esta inversión en energía limpia es parte del compromiso de OPG de lograr la neutralidad de carbono para el 2040.
 
Será genial poder decir que estamos salvando al mundo con la energía nuclear. Dos emplazamientos con dos historias propias, pero con un propósito y una meta comunes - ser la mejor flota nuclear del mundo.
 
2019 y 2020 fueron los mejores años en la historia de la flota de OPG en términos de seguridad, fiabilidad y rendimiento comercial, con la ayuda de las evaluaciones de WANO.
 
Pero no siempre fue así. A finales de 2015, mi trayectoria profesional se topó con otra realidad en la empresa. Regresaba de una comisión de servicio de tres años en otra empresa nuclear. Esos tres años cambiaron mi perspectiva. Aprendí mucho y pude ver cosas en OPG en las que no había reparado anteriormente y mi regreso a la empresa coincidió con un mensaje de ‘cariño con segundas’ de WANO, resultado de  un peer review corporativo. Había muchos planes con mucha actividad, pero insuficiente atención en las conclusiones y los resultados.
 
Los problemas eran continuos; había directivos que se quemaban por exceso de trabajo y trabajadores que esperaban con los brazos cruzados a que se les dijera qué tenían que hacer. Los procesos eran como los de otras muchas centrales y flotas de todo el mundo, pero el comportamiento y la cultura de responsabilidad para hacerlos funcionar brillaban a veces por su ausencia. En resumidas cuentas, nos conformábamos con un buen rendimiento sin exigirnos lo suficiente como para llegar a un rendimiento excelente. ¿Qué hicimos pues?
 
En primer lugar, saqué partido de mi experiencia en la otra empresa, donde tuvimos que pasar por una situación de recuperación que exigió un cambio de cultura en el emplazamiento. Para ello, establecimos una imagen clara de la excelencia para el equipo centrada en el desarrollo del liderazgo, y unos objetivos comunes, con resultados muy visibles actualizados a diario y comparando constantemente nuestro rendimiento con los mejores del sector. Impusimos además un plan de comunicaciones que reforzaba continuamente el plan y los comportamientos positivos que propiciaban la mejora, contando con el apoyo de WANO a cada paso del camino.
 
Esa experiencia reciente ayudó por tanto a diseñar una respuesta a las AFI identificadas en el peer review corporativo. Desarrollamos una iniciativa de cambio cultural para toda la empresa llamada “One OPG”, que consistía en cambios culturales clave, de  centrarse en los planes y las actividades a hacerlo más en las conclusiones y los resultados y de un liderazgo técnico a otro más facilitador.
 
Creo en un dicho del movimiento medioambiental: “Pensar a nivel global, actuar a nivel local”. Todos en nuestro equipo son proclives a la acción y a llevarla a cabo como una flota. También pusimos el foco en nuestros líderes con un desarrollo específico, incluidas asignaciones rotativas a WANO, supervisión nuclear y traslados entre emplazamientos y departamentos. Esto hizo que se derribaran los muros entre los equipos, lo que dio a los distintos líderes una perspectiva mucho más amplia de la actividad. Los líderes con mayor potencial se asignaron al programa internacional de Altos Directivos de Centrales Nucleares, denominado actualmente “Leading Nuclear”, que se desarrolla junto con EDF Energy y WANO.
 
Trabajamos con el Centro WANO de Atlanta para conocer nuestras deficiencias y poner en marcha planes de excelencia a nivel de departamento para abordarlas. El proceso de supervisión continua nos ayudó mucho, con la transmisión trimestral de una perspectiva objetiva de nuestro rendimiento en todas las áreas de actividad. Esto nos ayudó para solicitar visitas de asistencia específicas en áreas como operaciones, mantenimiento y gestión del trabajo.
 
Trimestre tras trimestre, estas actividades sirvieron para mejorar áreas funcionales en cada emplazamiento, mejoras que se vieron reflejadas en los resúmenes trimestrales integrados a nivel de planta que recibimos de WANO.
 
En consecuencia, los últimos dos años han sido los mejores de nuestra historia. Pero los desafíos y las oportunidades de mejora continúan. El futuro es prometedor, y a medida que avanzamos hacia la excelencia nuclear no está de más recordar que estamos salvando al mundo.