En la central de Ohi, perteneciente a la Kansai Electric Power Company, los directivos venían dedicando bastante tiempo y esfuerzos a la implementación de cambios y la modificación de procedimientos para adaptarse a los nuevos reglamentos de seguridad introducidos para recoger las lecciones aprendidas del accidente de Fukushima Daiichi. Desgraciadamente, estos cambios dieron lugar a un deterioro no previsto de la gestión de la seguridad en condiciones de parada y del comportamiento humano.
Un peer review de WANO llevado a cabo en 2015 puso al descubierto estas debilidades y se tradujo en el desarrollo de una serie de áreas de mejora (AFI) específicas. Como consecuencia directa de este ejercicio de consulta con los miembros, la dirección de la central reconoció y comprendió la necesidad de modificaciones, promulgando una serie de cambios positivos.
El director de la central empezó difundiendo un mensaje inequívoco de que la seguridad nuclear es la principal prioridad y recordando al personal que esta deberá ser un valor intrínseco que guíe a la Kansai Electric Power Company en el uso de la energía nuclear. En ese mismo mensaje subrayaba la importancia del proceso plan-do-check-act (PDCA) para mejorar el funcionamiento de la central.
Se volvió a definir lo esperado de los mandos, por ejemplo la asignación clara y precisa de las funciones del personal, la gestión rigurosa de los plazos, las observaciones de la dirección y la gestión de riesgos. Los directivos de la central siguieron muy de cerca las actuaciones de los mandos, imponiendo acciones correctivas cuando estos no cumplían las expectativas.
Las observaciones de la dirección sirvieron de herramienta de identificación de problemas clave para los responsables jerárquicos directos. Un evaluador cualificado de INPO y revisores de WANO proporcionaron formación práctica a estos responsables jerárquicos, con consejos durante la formación en el campo. La dirección también realizó observaciones en el campo con el ánimo de ayudar a los responsables jerárquicos a visualizar el nivel de desempeño exigido. Los resultados se compartieron con el grupo para ayudar a estimular su compromiso con una saludable cultura de presión por parte de homólogos.
Se han efectuado autoevaluaciones periódicas en las áreas de observación de la dirección, exclusión de elementos extraños y protección contra incendios. Basadas en las guías de WANO, estas han ayudado a reforzar el desempeño de los responsables jerárquicos.
En este proceso evolutivo, la central contó con el apoyo de la sede central de Kansai, que le trasladó los consejos de revisores cualificados de INPO y WANO, estableció los procedimientos para todo su parque de centrales y facilitó información para el desarrollo de buenas prácticas y para una adecuada evaluación comparativa.
Como resultado de los cambios introducidos gracias a las acciones de la dirección para mejorar la seguridad nuclear, WANO ha apreciado mejoras importantes en áreas relacionadas con las AFI de peer reviews.
“Este logro ha convencido a todo el personal de la central, incluido a mí, de que los esfuerzos que hemos hecho para reforzar la seguridad nuclear e industrial han sido los correctos”, ha dicho Yasuhiko Yoshida,
Director General de la central de Ohi. “Estamos haciendo esfuerzos continuos para aumentar la seguridad y prepararnos para reanudar la operación con el mínimo de riesgos. He puesto todo mi empeño en que Ohi sea la central nuclear más segura del mundo y creo que esos esfuerzos han ayudado a que la población local y el pueblo japonés en general confíe en la seguridad técnica y física de nuestra central”.
El Grupo 3 de la central de Ohi reanudó su operación comercial en abril de 2018, y el Grupo 4 reanudó la operación continua a potencia térmica nominal en Mayo de este año, con el reinicio de su operación comercial previsto para este verano.